Esta recomendación, que será presentada a la Comisión Interministerial encarada de las actividades relativas a la introducción del euro, mantiene los seis meses como periodo para que los ciudadanos cambien sus monedas, pero reclama que se acorte a un periodo comprendido entre uno y tres meses la convivencia entre el euro y la peseta.

En un encuentro con periodistas, el presidente de la comisión y vicepresidente del Instituto Nacional de Consumo, Oscar López Santos, justificó esta medida en "lo complejo de las actividades de consumo ordinarias" y se apoyó en que el resto de lo países comunitarios establecen en dos meses el plazo de convivencia de las monedas nacionales y el euro.

Por otra parte, la comisión aprobó la creación de oficinas en las comunidades autónomas, los ayuntamientos y las organizaciones de empresarios y de consumidores para que orienten a los ciudadanos de la llegada del euro.

Las acciones informativas dependerán de cada administración, pero deberán ceñirse al Código de Buenas Prácticas aprobado por la Comisión Interministerial en diciembre de 1998. Actualmente existen oficinas en las comunidades de Cataluña, Navarra y País Vasco, y en los ayuntamientos de Madrid y de Rota. El deseo de la comisión es que unos 8.000 ayuntamientos se sumen a esta iniciativa.

Otra de las peticiones que se remitirá a la Comisión Interministerial es que los cajeros automáticos estén operativos el 1 de enero del 2002, para lo cual el Banco Central Europeo y el Banco de España deberán disponer con tiempo suficiente de billetes en euros.