Los contratos de arrendamiento de viviendasoficinas, de trabajo, compraventa, hipotecas o préstamos bancarios, entre otros, deben continuar en vigor cuando España introduzca la moneda única y en ningún caso esa circunstancia debe ser excusa para rescindirlos o modificarlos.

Sin embargo, la asociación recomienda en su "Guía práctica sobre el euro para el ama de casa" que, "para evitar problemas, antes de 1999 se añadirán a los nuevos contratos cláusulas que confirmen su continuidad en euros para años sucesivos".

La nueva moneda influirá e numerosos aspectos de la economía doméstica, subraya la Ceaccu. Los créditos, por ejemplo, previsiblemente serán más baratos, pero los depósitos de ahorro tendrán una baja rentabilidad que inducirá a los ciudadanos a buscar otras fórmulas más agradecidas, como los fondos de inversión.

En dinero que se tenga en cuentas corrientes y libretas de ahorro será canjeado directamente a euros, sin coste alguno, pero Ceaccu aconseja "estar atento a las posibles comisiones bancarias por determinados servicios". Respecto a los precios, la asociación augura que subirán poco porque la inflación estará controlada. "Pero hay un riesgo: la posible tendencia de empresas y comercios a redondear al alza los precios, lo que sí puede generar tensiones inflacionistas", advierte la Ceaccu.