De acuerdo con las investigaciones que están realizando los responsables de la lucha antiterrorista, los miembros de este comando contaban para ello con una bomba-lapa ya preparada, aunque también podían haber utilizado las pistolas que se les han encontrado.

La localización de estos dos etarras se ha visto facilitada por el plan antiterrorista que estaba desarrollando la Comisaría General de Información en la zona para prevenir nuevos atentados de la banda contra intereses turísticos.

El último de estos atentados tuvo lugar el pasado 31 de enero, cuando ETA colocó un artefacto explosivo en el Hotel Port Denia, ubicado en esta localidad alicantina. Aunque el edificio había sido desalojado cuando tuvo lugar la explosión, la bomba causó distintos daños materiales.

Con anterioridad, el 22 de julio de 2003, la banda terrorista colocó artefactos explosivos en hoteles de Alicante y Benidorm, que causaron 13 heridos, uno de ellos grave.