LOS ETARRAS MANEJAN LA ASOCIACION DE PRESOS DE REGIMEN ESPECIAL, SEGUN FUENTES SINDICALES

MADRID
SERVIMEDIA

Los reclusos de la banda terrorist ETA podrían manejar y estar detrás de las violentas acciones perpetradas por la Asociación de Presos de Régimen Especial (APRE), cuyos componentes han protagonizado en las últimas semanas numerosos motines e incidentes en las cárceles españolas, según aseguraron a Servimedia fuentes sindicales. Portavoces del Ministerio de Justicia consultados por esta agencia denegaron confirmar o desmentir esta información.

Los componentes de la APRE, formada por reclusos considerados peligrosos, intentan manteners en el anonimato y se ignora cuáles son sus fuentes de financiación. Su siglas, sin embargo, fueron conocidas después de alguno de los motines, ya que los penados las utilizaron para pedir mejoras en las cárceles.

La idea de que los etarras manejen a esta asociación, integrada por presos comunes, proviene de que algunos de ellos han consultado sus casos con los abogados de los primeros y de que "caminan juntos" (que en argot penitenciario significa que son "colegas"), según las mismas fuentes.

"E la mayoría de las prisiones españolas, especialmente donde cumplen condena miembros de ETA, circulan entre los comunes la publicación 'Barrotes', editada por las organizaciones de apoyo a los presos de la banda terrorista, y la revista 'Punto y Hora', que recoge algunas de las reivindicaciones de la APRE", agregaron.

Además, aseguran los informantes, es muy extraño que presos comunes -cuya principal preocupación es conseguir drogas y formar mafias para abastecerse de ellas-, que no tienen una culturamuy amplia, redacten comunicados exquisitos y conozcan, casi de memoria, el "caso Amedo" y las acciones de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL).

El pasado mes de junio, varios etarras de El Puerto de Santa María que estaban en huelga de hambre la abandonaron, después de que los presos comunes les dejasen de pasar bocadillos tras el atentado cometido en la cárcel Sevilla II, en el que murieron dos internos al estallar un paquete-bomba.

PELIGROSOS

La APRE se dio a conocer hace dos años,de forma efímera, a raíz de una serie de motines en la cárcel de máxima seguridad de Alcalá-Meco (Madrid), donde los presos consiguieron introducir mejoras en sus condiciones de vida.

Posteriormente, sus siglas cayeron en el olvido y volvieron a ser desempolvadas el mes pasado, cuando una oleada de motines se extendió por todas las cárceles españoles, con especial virulencia en el penal gaditano de Puerto I, donde cumplen condena una docena de etarras.

En la actualidad, los funcionarios penitencirios han detectado a una treintena de presos que forman parte de esa asociación, aunque sospechan que su número real ronda el medio centenar.

Todos los identificados poseen un historial delictivo similar, que propicia su agrupamiento en bandas o mafias dentro de las prisiones, cuya actividad principal es el tráfico de drogas.

En su haber cuentan con motines, secuestros, algaradas, revueltas, intentos de fugas, fugas consumadas y un sinfín de acciones violentas, entre las que figura el asesinato. ambién tienen en común que poseen largas condenas, lo que hace que no pierdan nada provocando alborotos.

NOMBRES PROPIOS

Entre los identificados figuran Francisco Javier Avila Navas, Luis Rivas Dávila, Juan Redondo Fernández, Antonio Losa López, Vicente Sánchez Montáñez y Laudelino Iglesias Martínez. Los seis tienen unos expedientes plagados de disturbios.

Otro de sus presuntos integrantes es Julio Romero Amador, un preso enfermo de SIDA en fase terminal, que el sábado pasado degolló, durante u motín, a un miembro de una banda rival en la cárcel de Puerto I.

Sus métodos también son expeditivos, ya que el mes pasado los amotinados en el penal de Santander amenazaron con tirar desde el tejado al joyero Federico Venero, acusado de ser colaborador de la policía, y en Badajoz con matar a José Franco, acusado del asesinato de la niña onubense Ana María Jerez Cano.

Los presos disponen de todo tipo de objetos punzantes de fabricación casera: "pinchos", cucharas con el mango afilado e, incluso,cuchillos y navajas. Los funcionarios afirman que estos instrumentos son imposibles de controlar, ya que circulan de mano en mano por las cárceles.

"Si un preso es cacheado a las nueve de la mañana y se le quita un 'pincho', lo más seguro es que a las dos horas tenga uno nuevo", agregaron las citadas fuentes. En los penales que disponen de talleres, los reclusos confeccionan objetos aún más sofisticados.

La buena organización de la APRE, aparte de su facilidad para disponer de todo tipo de artiluios afiliados, se demuestra porque un preso trasladado a un nuevo penal es capaz de organizar un motín nada más llegar, sin ni siquiera conocer las condiciones del centro, afirman las fuentes sindicales.

(SERVIMEDIA)
14 Ago 1991
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