Se trata de los supuestos colaboradores de ETA Ignacio Miguel Azcue Berasaluce y Pedro María Celaráin Oyarzábal, acusados de los delitos de pertenencia a banda armada y terroriso.

Respecto del tercer expulsado de Méjico, Juan Luis Camarero, miembro de Jarrai, éste se encuentra a disposición de la justicia ordinaria, ya que contra él no existen acusaciones por terrorismo que deban ser enjuiciadas en la Audiencia Nacional, sino delitos de agresiones contra un "ertzaina", al que golpéo en una revuelta callejera.

A Ignacio Miguel Azcue Berasaluce, alias "Iñigo", se le atribuye su participación en al menos cinco atentados con explosivos perpetrados por ETA, y concretamente drante la etapa en la que perteneció al "comando Goiherri-Costa".

Asimismo, está acusado de cobijar a los tres etarras que asesinaron en atentado en 1984 a Juan Sánchez Fierro, en una acción que se cometió en Cestona (Guipúzcoa).

La policía le atribuye además su participación en 1986 en los atentados con explosivos contra dos unidades de la Guardia Civil en Orio y en el Alto de Meagas, donde resultó muerto el guardia civil Francisco Muriel y heridos graves el resto de agentes.

Hasta 1993 partcipó en varias acciones de ETA, para pasar a Méjico, donde utilizaba sus viviendas como "zulos" de material explosivo. Tiene pendientes tres causas en la Audiencia Nacional, por pertenencia a banda armada y atentado terrorista.

Por su parte, a Pedro María Celaráin se le atribuye su participación en tareas de información a ETA, así como el transporte de los etarras que atentaron en Irún contra una patrulla de la policía. En el suceso falleció un agente, por lo que tiene pendiente en la Audiencia Nacionl una causa por un delito de pertenencia a banda armada.

Ambos ex colaboradores de ETA, que según el Ministerio del Interior estudiaban incorporarse a la banda terrorista, permanecen desde el pasado jueves en las dependencias policiales de Canillas (Madrid), en situación de incomunicación.