En concreto, Akarregi fue extraditado a España por Holanda en 2004 y condenado posteriormente a cinco años de prisión por el alquiler del vehículo utilizado por otros dos etarras.

En concreto, se trataba del coche en el que los etarras Hodei Galarraga y Egoitz Gurrutxaga de desplazaban por Bilbao la noche del 23 de septiembre de 2002, momento en el que explotó un artefacto que llevaban en el vehículo, algo que les causó la muerte.

La detención de Akarregi se produjo en 2004 en el coger aeropuerto de Amsterdam, desde donde pensaba coger un avión con destino a una país sudamericano.