El caso de Jessica, que publica en su último número la revista de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), está siendo objeto de estudio por parte del Ministerio del Interior.

Su madre, Milagros Rodríguez, se encontraba en el interior del centro comercial barcelonés el 19 de junio de 1987 cuando se produjo el atentado terrorista. Milagros estaba embarazada y, aunque no resultó herida, la onda expansiva la lanzó contra el suelo.

Con posterioridad, Milagros empezó a percibir las consecuenciasdel atentado. El periodo de gestación se ensombreció con diversas anomalías, pese a lo cual Jessica nació sin problemas el 22 de enero de 1988.

No obstante, no fue hasta que cumplió su primer año de edad, cuando a Jessica se le detectó que era absolutamente sorda. Tuvieron que transcurrir cinco años para que un centro sanitario, el Hospital Virgen del Camino, en Pamplona, admitiera en un informe médico que la pérdida de audición de Jessica fue sobrevenida en el seno materno por un factor externo.

El Ministerio del Interior en la etapa socialista denegó hasta en tres ocasiones consecutivas el reconocimiento de Jessica como víctima del terrorismo. En la actualidad, el informe de esta niña sigue siendo objeto de estudio por parte del departamento que dirige Jaime Mayor Oreja.