La eventual implicación de la banda etarra en operaciones de este tipo fue planteada en 2004 por la Policía suiza, que en un informe sobre seguridad interior hablaba de que la organización criminal vasca podría estar implicada en operaciones de delincuencia común para conseguir fondos.

En este informe de las Fuerzas de Seguridad suizas, que fue tomado como base para una investigación judicial, se hablaba de que ocho hombres de negocios domiciliados en el país helvético podían haber tenido que ver con esta iniciativa que habría servido a ETA para financiarse.

En esta operación se habrían blanqueado supuestamente millones de euros en bancos suizos, dinero que habría podido servir para que la banda etarra continuase con sus actividades ilegales.

INVESTIGACIÓN JUDICIAL

A este respecto, el juez alemán Hans-Jürgen Kolb, que ha investigado durante años estos hechos, expresó en 2004 su frustración por la lentitud de la Justicia de su país al investigar la operación de contrabando de tabaco que pudo servir para financiar a ETA.

Este juez aseguró, en declaraciones a un periódico de su país, que entre los sospechosos se encontraba el director de una sociedad inmobiliaria con sede en un cantón suizo y que es propietario de varios hoteles en España.

Hans-Jürgen Kolb afirmó que el contrabando de tabaco comenzó en 1992 o 1993 y continuó, al menos, hasta el año 2001. Al parecer, los cigarrillos eran importados a Suiza en camiones y se depositaban en un puerto cerca de la frontera de Austria.

En principio, la mercancía iba destinada a Bulgaria, pero de hecho el tabaco era transportado a Macedonia, primero, y luego a Montenegro, desde donde salía hacia Italia y, de ahí, a otros países como España o Alemania. Los beneficios de este contrabando eran depositados en cuentas suizas.