Según el escrito de la Fiscalía, en 1999, cuando ya eran miembros de ETA, Solana e Iragui formaron un grupo armado para actuar en Andalucía. El 16 de octubre de 2000 se dirigieron a la consulta de Muñoz Cariñanos y, mientras Iragui se quedaba en la puerta vigilando, Solana entró en su despacho y le disparó hasta matarle.

Tras el atentado, ambos terroristas huyeron en coche hasta que fueron descubiertos por la Policía. Tras un tiroteo, fue detenido Solana y poco después, esa misma nche, los agentes encontraron a Iragui, que se entregó herido de un brazo.

En el escrito de acusación, la fiscal solicita 50 años para Iragui y 48 para Solana por delitos de asesinato, pertenencia a banda terrorista, tenencia de armas y explosivos y falsificación de documento público. Además, solicita que ambos terroristas paguen solidariamente 901.518,16 euros a la familia de la víctima.