"Como amigo, como compañero de Gobierno, como compañero de escaño (de Ernest LLuch), todos los títulos llevan a expresar un sentimiento inexpresable personalmente y es difícil sobreponerse", dijo Pons en el Congreso.

"Durante muchos años he tenio que contener mis sentimientos porque tenía que expresar la opinión institucional, pero hoy, liberado de esa responsabilidad institucional, los sentimientos pesan mucho", agregó.

"Es un golpe muy duro, muy duro. Sabían perfectamente lo que hacían los que lo han hecho, y es una prueba más de que lo que está en marcha es una operación para implantar un Estado fascista, nazi, en el País Vasco, donde ya está calando mucho, y para que los demás miremos para otro lado y no nos metamos en eso", explicó Pons

"Frente a esta situación", concluyó, "lo único que hay que hacer es mantener la movilización ciudadana, sabiendo que lo que está en juego es la libertad de todos. Los vascos forman parte de ese 'todos', ellos no quieren irse, nosotros no queremos que se vayan de ese 'todos' de la libertad y, por tanto, la unidad de todos los que queremos la libertad, el apoyo a los que luchan por la libertad de todos y poco más hay que decir".