Según fuentes de la lucha antiterrorista, lo único que puede constatarse en este caso es que el asesino disparó primero al edil popular y, posteriormente, a su esposa, lo que en ambos casos realizó con una sóla pistola.

Otro extremo irrefutable para la policía es que quien cometió el asesinato es uno de los miembros mejor preparados de que dispone ETA para la comisión de este tipo de atentados.

Así lo demustra la pericia demostrada al necesitar de dos únicos disparos para acabar con la vida de sus dos víctimas y la limpieza con que se alejó del lugar del crimen, sin dejar rastro y sin que ningún posible testigo pudiera sospechar o haber detectado algún movimiento extraño.

El delegado del Gobierno en Andalucía, José Torres Hurtado, agradeció hoy públicamente la colaboración ciudadana, y afirmó que todos los testimonios de ciudadanos que ha recogido la policía en los últimos días están siendo investigado.

AUSENCIA DE TESTIGOS

Las fuentes consultadas insisten en la dificultad que entraña la ausencia de testigos para el esclarecimiento del caso. Ni siquiera el análisis balístico de los dos casquillos utilizados en el atentado permite aportar alguna luz, tras comprobar que el arma no ha sido utilizada con anterioridad en ninguna otra acción terrorista.

Por otra parte, un portavoz del Ministerio del Interior explicó que las investigaciones de la policía se están basando en los datos recogidos en e lugar de los hechos y en la aportación voluntaria de testimonios de ciudadanos.

En el terreno de las hipótesis, el hecho de que el autor o autores -puesto que es probable que hubiera un segundo terrorista de apoyo en los alrededores- actuaran de forma tan eficaz ha disparado las especulaciones sobre los miembros de la banda terrorista ETA fichados por la policía que son designados por la cúpula etarra para cometer este tipo de atentados, en los que el riesgo es muy superior al de acciones con explosios a distancia.

En este sentido, los investigadores barajan los nombres de pistoleros como Jon Bienzobas, José Manuel Olarra, Francisco Javier García Gasteluz, Pedro Picabea Ugalde o Juan Ramón Carasatorre, entre otros, todos ellos con la experiencia suficiente para cometer una acción de esas características.