El sondeo, de 2.500 entrevistas, cuyo trabajo de campo se realizó entre el 24 y el 31 de marzo, es decir, dos días después de la declaración de alto el fuego permanente por parte de ETA, refleja un cambio de tendencia.

Así, mientras que en febrero los sondeados respondían que los principales problemas de España eran, por este orden, el paro (49%); el terrorismo de ETA (35%); y la inmigración (26,7%), en marzo la respuesta ha sido: paro (55,6%); inmigración (34,5%) y terrorismo de ETA (29,5%).

Igualmente, la valoración de la situación política mejora para el conjunto de los encuestados, ya que mientras en febrero eran sólo un 14,8% los que la calificaban de "buena", en marzo suben hasta el 22,7%; y, por contra, el 25% de encuestados que la calificaban de "mala" en febrero, baja hasta el 18,5%.

Unos porcentajes que se ven reforzados por el optimismo político: frente al 12,2% que decía en febrero que dentro de un año la situación será "mejor", en marzo sube al 21,4% ese porcentaje; por contra, el 23,9% que en febrero opinaba que la cosa iba a ir a "peor" baja en marzo hasta el 15,1%.

Este optimismo parace contagiarse, aunque en menor medida a la economía, de tal suerte que cuando en febrero era sólo un 23,7% el que declaraba que la situación era "buena", en marzo sube hasta el 27,3% y la inversa, baja el porcentaje de los que la ven como "mala", del 18,5% en febrero al 16,6%.