"Ernest Lluch era un heterodoxo en muchas cosas", dijo López Aguilar a Radio Nacional, "un hombre con un enorme sentido del humor, con una gran visión histórica. (...) Era un hombre profundamente conocedor de la pluralidad española".

gregó que Lluch había propugnado durante muchos años posiciones flexibles con el fin de aprovechar al máximo la Constitución de 1978 "para encajar la diferencia, la singularidad de aquellos nacionalismos que tenían una mayor raigambre en la historia". "ETA asesina a una persona cabal y de bien", señaló.