La sentencia considera que "Josu de Monragón" era el encargado de proporcionar armas y explosivos a los comandos de ETA operantes a finales de los años 80 y principios de los 90.

Además, este miembro de ETA estaba especializado en las granadas conocidas como JOTAKE (de fabricación casera), que facilitó al comando "Gohierri-costa" para el atentado con lanzagranadas contra el cuartel de la Guardia Civil en Deba.

La sentencia afirma que "dentro del funcionamiento jerarquizado de ETA, Josu Arcauz actuaba procurando que dicho material de gerra estuviera siempre dispuesto, para que llegara a las personas ejecutoras de las acciones directas, lo que era posible a través de una red de enlaces que también dirigía, pagaba y controlaba.

"Josu de Mondragón" entregó a finales de 1990 varias granadas al comando de ETA conocido como "Gohierri-costa", que atentó contra el cuartel de Deba desde un monte, utilizando lanzagranadas.

No obstante, un error de cálculo y otro en la utilización del cable para el temporizador, hicieron que las granadasno impactasen en su objetivo, por lo que no hubo que lamentar víctimas humanas ni daños materiales de seriedad.

Finalmente, la sentencia desestima los argumentos de malos tratos sufridos durante los interrogatorios, que fueron alegados por la defensa del etarra y asegura que en ninguno de los estudios médicos que le fueron realizados se puede apreciar la existencia de torturas ni trato vejatorio.

Esta es la segunda condena contra "Josu de Mondragón" después de su extradición desde Francia en ener de 1997. En la anterior, fue condenado a 82 años por el atentado contra el cuartel de la Guardia Civil en Munguía (Vizcaya). No obstante, el histórico miembro de ETA cumplirá como máximo 30 años de prisión, de acuerdo con lo que establece la ley.