Un portavoz de Interior comentó a Servimedia que la resolución de este caso "no es fácil, puesto que no hay reconocimiento legal de la niña como víctima del terrorismo".

La madre de la niña, Milagros Rodríguez, se encontraba en el interior del centro comercial barcelonés el 19 de junio de 1987 cuando se produjo el atentado terrorista. Milagros estaba embarazada y aunque no resultó herida, la onda expansiva la echó al suelo.

Sin embargo Milagros no fue atendida en su momento en un centro hospitalario y tampoco aparece en los informes de la policía como víctima del terrorismo.

Durante los cinco años posteriores al atentado, ningún centro hospitalario se ofreció para determinar que la causa de la sordera se debió al impacto que sufrió la madre por la explosión. En 1992, el Hospital Virgen del Camino, en Pamplona, admitió en un informe médico que la pérdida de audición de Jessica "fue sobrevenida en el seno materno por un factor extern".

El portavoz de Interior consultado por esta agencia agregó que, aunque el expediente se resuelva en contra de admitir a Jessica como una víctima más del terrorismo, existe la posibilidad de concederle ayudas por vía asistencial o bien a través de ayudas extraordinarias concedidas directamente por el Ministerio del Interior.