El libro, titulado "La Iglesia frente al terrorismo de ETA", fue una iniciativa del cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, quien pensó acabar así con las críticas que suscitaron en el pasado los pronunciamientos de algunos prelados en relación con ETA, especialmente los del ex obspo de San Sebastián José María Setién, el antecesor de Uriarte.

Ese texto reproduce las condenas de la Iglesia desde el primer atentado de ETA hasta el último, incluyendo varios escritos de Setién.

Además, el libro incluye un epílogo del arzobispo de Pamplona, Fernando Sebastián, en el que considera que, mientras exista ETA, los nacionalistas vascos no tienen derecho a plantear ninguna consulta popular sobre el futuro político de Euskadi, porque los ciudadanos carecen de libertad para manifestarsu parecer.

Fernando Sebastián afirma que "ante la presencia persistente del terrorismo, el nacionalismo democrático se encuentra en la obligación moral de formar un frente común con las demás instituciones democráticas del Estado para luchar eficazmente contra ETA".