ETA. LOS HIJOS DE ARISTEGUI ASEGURAN QUE NUNCA SE HUBIERA PRESTADO A "URDIR" TERRORISMO DE ESTADO
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
Los hijos del embajador Pedro Manuel de Arístegui, muerto en Beirut en 1989, aseguran en una carta que publica hoy al diario El País' que su padre nunca se hubiera prestado a "urdir" o "permitir" una trama de terrorismo de Estado.
Gonzalo, Iñigo y Gustavo de Arístegui sostiene, además, haber oído a su padre cómo en los países donde se pusieron en marcha esos métodos, al final se volvieron contra el Gobierno que los promovió.
El contenido de la misiva es la siguiente:
1. Pedro Manuel de Arístegui era un dedicado servidor del Estado de profundas convicciones democráticas, como demostró a lo largo de su larga vida prfesional consagrada al servicio público y de sus ideales de tolerancia y convivencia en paz, que fueron los que siempre le movieron a aceptar los puestos de mayor dificultad y riesgo. Ese afán sólo fue truncado por su muerte en acto de servicio.
2. Nunca se habría prestado no ya a urdir, sino ni siquiera a permitir cualquier tipo de acción ilegal o inmoral dentro de su ámbito de responsabilidad, y mucho menos cualquier forma de terrorismo de Estado. Conociendo a nuestro padre, es evidente que jamás haría violado tan flagrantemente sus principios y convicciones democráticos.
3. Alguno de nosotros presenció, en numerosas ocasiones, conversaciones entre nuestro padre y otros interlocutores, cuyos nombres no vienen al caso, recordando experiencias de su dilatada carrera diplomática en países en donde se habían tolerado o fomentado diferentes formas de terrorismo de Estado. Nuestro padre -que las calificó siempre de inmorales e ilegales y, sobre todo, de estúpidas- decía, además, que ningún gobierno qu las puso en marcha puso controlarlas, y que, indefectiblemente, acaban volviéndose en su contra.
Podemos asegurar, y quienes conocieron a nuestro padre indudablemente pueden corroborarlo, que posteriormente, cuando se conocieron los crímenes de los GAL, le repugnaron tanto o más que cualquier otro tipo de terrorismo, ya que ello no hacía más que dar nuevas excusas y justificaciones a los terroristas, alimentando el círculo vicioso de acción-reacción.
Nuestro padre murió en acto de servicio en Berut (Líbano) el 16 de abril de 1989, defendiendo sus profundas convicciones democráticas y al servicio de España. Ese es nuestro único patrimonio.
(SERVIMEDIA)
10 Jul 1997
G