Según el escrito de conclusiones provisionales, el fiscal encargado del caso, Pedro Rubira, considera probado que Azurmendi Peñagaricano, integrado en el llamado 'comando Madrid', acudió junto a otros terroristas en un coche robad a la madrileña calle Ibiza, donde aparcaron en doble fila y descendieron para dirigirse al lugar en el que el general iba a subir al vehículo oficial y dispararle, lo que le provocó la muerte inmediata.

Los terroristas también dispararon contra el conductor del coche oficial, pero no le alcanzaron. Después regresaron al vehículo robado para huir, y lo dejaron abandonado en la calle Walia, en la que hay varias guarderías, con una carga de explosivo "amonal" suficiente para provocar la muerte a una perona.

EXPLOSION JUNTO A DOS GUARDERIAS

El coche hizo explosión sobre las 9,35 horas de ese mismo día, lo que provocó daños materiales a la estructura del edificio situado en el número 4 de esa calle, tres viviendas particulares y dos guarderías infantiles, que alcanzaron un valor de más de 1.700.000 pesetas. Además, resultaron afectados tres vehículos, con daños valorados en unas 350.000 pesetas.

Estos hechos constituyen delitos de atentado con resultado de muerte, asesinato frustrado, tenencia e explosivos y terrorismo, por los que el fiscal pide al presunto etarra un total de 76 años de prisión mayor; además de robo de vehículo y falsificación de placas, por los que pide ocho años reclusión menor.

Además, pide una indemnización de 50 millones de pesetas para los herederos del general asesinado, y otra de 20 millones al conductor del coche oficial al que intentó asesinar.

El etarra ya ha sido juzgado por el asesinato con coche bomba del teniente Miguel Peralta Utrera, perpetrado en may de 1994 con otros integrantes del "comando Madrid" de ETA. La bomba, colocada bajo el asiento del conductor, provocó la muerte inmediata del militar y causó heridas a otras dos personas.

A Azurmendi, detenido en Sevilla en marzo de 1998, se le atribuye también la participación en los atentados cometidos por ETA en Andalucía durante los años 1997 y 1998, entre ellos, el que costó la vida al concejal del PP en el Ayuntamiento de Sevilla Alberto Jiménez Becerril y su esposa, Ascensión García.

De heho, el pasado 22 de junio fue condenado por este atentado a 60 años de cárcel, junto a los etarras Maite Pedrosa y José Luis Barrios Martín, que salió elegido como diputado foral por Navarra en las listas de Euskal Herritarrok en los comicios del 13 de junio de 1999.