Este balance de actividad supone un incremento del 84 por ciento respecto al ejercicio de 1999, debido a la vuelta de ETA y su entorno a las acciones terroristas y de violencia callejera.

Durante el año 2000 los expertos de la Ertzaintza realizaron un total de 1002 intervenciones, siendo los meses de agosto y de diciembre los de mayor actividad en este terreno.

Dos de cada tres intervenciones consistieron en la búsqueda preventiva para evitar atenados o la comprobación de alarmas y avisos de bomba que luego resultaron ser falsos. De igual modo, la Ertzaintza registró la deflagración de un total de 97 artefactos pirotécnicos o explosivos.

Por provincias, Guipúzcoa fue en la que más intervenciones tuvieron que realizarse para desactivar explosivos, un total de 11. En Vizcaya se contabilizaron seis casos y uno en Alava. La neutralización de un coche-bomba abandonado por ETA en Otxandio (Vizcaya) o la desactivación completa de una bomba colocada e un ascensor de la Universidad de Leoia son dos de los casos más significativos registrados el año pasado.

Respecto a otras tareas, esta unidad se encarga también de la desactivación o retirada de piezas militares procedentes de la Guerra Civil o de maniobras militares más recientes. En 2000 se retiraron un total de 62 ingenios de esa naturaleza, lo que supone un peso total superior a la tonelada.