La sentencia, hecha pública hoy, considera probado que en el mes de abril de 1989 Arcauz formaba parte de ETA. Como integrante de la banda, el terrorista fabricó un paquete bomba con apariencia de libro con la idea de remitirlo por correo al domicilio del agente de la Policía Nacional Teodoro Domene García.

De esta forma, el 7 de abril, el cartero de Irún, al no encontrar respuesta en el piso del destinatario, dejó el paquete-bomba sobre los buzones del portal para que Domene García pudiera recogerlo.

Según continúa el escrito, "D. José María Rubio Vázquez, vecino del mismo inmueble, llegó sobre las 14:00 y como esperaba el envío de un libro, cogió por error el paquete y subió con él a su piso. Al proceder a abrirlo en su habitación, se activó el mecanismo explosivo, produciéndole graves lesiones de lasque tardó en curar 700 días con asistencia facultativa".

Como consecuencia de las lesiones padecidas por la explosión Rubio Vázquez quedó imposibilitado para ejercer su trabajo habitual de profesor de instituto, así como la amputación de los brazos. Además, sufrió alteraciones psíquicas que afectaron a su desenvolvimiento personal, sexual y de relación social.

Arcauz fue condenado por el Tribunal de Grand Instance de París (Francia) en octubre de 1992 a una pena conjunta de ocho años de cárcel po delitos de terrorismo, tenencia de armas, de falsificación de documentos públicos e infracción de la Ley de Inmigración.