Lo magistrados consideran probado que, el 1 de marzo de 1997, Eneko Olza Puñal, junto con otras cuatro personas no identificadas, decidieron incendiar un cajero automático de una sucursal de la Caja Laboral Euskadiko Kutxa en Pamplona.

Así, a las 17,40 horas, Eneko Olza y otras tres personas más, mientras un tercero vigilaba, todos ellos encapuchados, se dirigieron al cajero de la mencionada entidad bancaria y lo rociaron con líquido inflamable, para arrojar después contra el mismo "un mecanismo de reardo, tipo cóctel molotov".

Según la sentencia, el fuego provocó daños por valor de 22.399.915 pesetas y "ocasionó, no sólo un riesgo para los habitantes del edificio, pues el fuego se podía haber propagado por el forjado, y también podían haberse propagado gases tóxicos, sino también para cualquier transeúnte".

Los magistrados afirman que "este tipo de actuaciones, incendio de cajeros, constituyen una alteración de la paz pública, por el temor y la alarma que crean entre los ciudadanos, y suonen una forma de lucha callejera".

Así, la sala condena a Eneko Olza a 10 años de cárcel, basándose en el artículo 577 del Código Penal, que castiga a los que "sin pertenecer a banda armada, organización o grupo terrorista, y con finalidad de suvertir el orden constitucional o de alterar gravemente la paz pública, cometieren determinados delitos", como puede ser el de incendio.

Los magistrados consideran que los hechos descritos son constitutivos de un delito de incencio terrorista e imponena Eneko Olza 5 años menos de los que solicitaba el fiscal del caso, Ignacio Gordillo. Además, le condenan a indemnizar alConsorcio de Compensanción de Seguros con un total de 22.399.915 pesetas, en concepto de responsabilidad civil.