Fuentes de la investigación que se sigue en la Audiencia Nacional informaron de que, entre la numerosa documentación incautada a los terroristas Manuel Míner y Guillermo San Argimiro, se encontraban políticos, emprearios, jueces, periodistas y representantes del mundo del espectáculo como Rocío Jurado.

Sobre esta tonadillera, los terroristas habían seleccionado dos fotografías, una en la que aparecía sola y otra junto a su marido, José Ortega Cano, y la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez. Algo similar habían hecho con Rodríguez Ponga, del que también habían apartado una fotografía.

Las fuentes consultadas aseguraron que los miembros del comando habían incluido también en su listado a cinco rectores de uniersidades madrileñas, en concreto los de la Complutense, la Politécnica, la de Alcalá de Henares, la Autónoma y la Juan Carlos I.

PERIODISTAS Y EMPRESARIOS

Entre los periodistas en los que Miner y San Argimiro habían pensado como objetivo figuraban Germán Yanke, Carmen Gurruchaga, Fernando Jaúregui, Pilar Cernuda e Isabel San Sebastián. Además, los etarras habían localizado las sedes de la Agencia Efe, Televisión Española, Radio Nacional y Telecinco.

Respecto a los representantes de la política el comando tenía pensado atentar contra cargos del PP y del PSOE, al tiempo que habían apuntado el nombre del viceconsejero de Interior del Gobierno vasco, Mikel Lejarza,

Por lo que se refiere al mundo empresarial, habían sido señalados, entre otros, Claudio Boada, ex presidente del Banco Hispanoamericano, y Emilio Botín, presidente del SCH.

Las fuentes de la investigación consultadas añadieron que los etarras estaban también recopilando datos sobre la Casa Real, y contaban con numerosa informacón sobre el ex ministro del Interior José Barrionuevo, del que conocían el lugar donde vivía, los bares a los que iba, así como el lugar donde iba a hacer "footing".

Por otra parte, el juzgado de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional, que está llevando la investigación sobre este último "comando Madrid", ha constatado que los etarras detenidos habían viajado a Valladolid, a Andalucía y Levante, donde podrían haber recogido información para enviarla a la dirección de ETA.