Según Balza, el dirigente etarra Mikel Antza "hizo hincapié" durante esa reunión en la "preocupación, que es general en la izquierda abertzale, por el gran daño que hace la lucha armada respecto al alejamiento de la sociedad vasca", pero que "se quedó solo", apostando el resto de la banda por esa línea dura.

El consejero de Interior vasco también alertó e una "auténtica avalancha de nuevas cartas solicitando el mal llamado impuesto revolucionario". Se trata de intentos de chantaje a "profesionales medios, sin altos cargos y con cantidades no demasiado altas", según Balza, a quien se lo ha comunicado la patronal guipuzcoana Adegi.

El titular de Interior del Gobierno vasco aseguró que la lucha antiterrorista "es una prioridad del nuevo Ejecutivo, como también lo era del anterior", contradiciendo así las acusaciones vertidas desde el Gobierno central ensentido contrario.

En cuanto a la eficacia de su departamento en la lucha contra el terrorismo, Balza indicó que "no sólo hay que medirlo con los datos evidentes del número de detenciones, sino también con la política de prevención que llevamos a cabo".