Según consta en el escrito de conclusiones provisionales, la Fiscalía de la Audiencia Nacional considera probado que, en julio de 2001, Aitor García Aliaga y Ana Belén Egües Gurrutxaga formaban parte del "grupo Buru ahuste", integrado en el denominado "comando Madrid", y que ambo recibieron la orden de llevar a cabo el citado atentado.

Para ello, acordaron utilizar como coche-bomba un vehículo que se encontraba dado de baja en los archivos informáticos de tráfico de la Dirección General de Policía y que había sido sustraído el 19 de marzo de 2001.

En días cercanos a la acción criminal, los procesados, en compañía de otros miembros del comando, preparon el artefacto explosivo en un piso de la calle Estudios, de Madrid.

El día fijado para el atentado, el 10 de julio d 2001, Aitor García Aliaga, en compañía de otro procesado declarado en rebeldía, colocó el coche-bomba en la calle Ocaña, frente a la Delegación del Ministerio de Justicia, y lo dejaron preparado para que explotara a las 20,30 horas.

Sobre las 19,50 horas llamaron al 091 y dejaron el siguiente mensaje: "Escuche atentamente porque sólo lo voy a repetir una vez; llamo en nombre de ETA para decirle que en la calle Ocaña, frente al Ministerio de Justicia, hay un artefacto explosivo. Avise a los vecinos". Los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía se dispusieron a verificar la verdad de esta llamada y a inspeccionar el vehículo. Cuando el agente Luis Ortiz de la Rosa se acercó al coche, la bomba explotó, acabando con su vida de forma instantánea. Además, la deflagración causó heridas a 20 personas y daños materiales.

Para la Fiscalía de la Audiencia Nacional, los hechos descritos son constitutivos de un delito de asesinato terrorista, otro de estragos, cuatro de lesiones y 16 faltas de lesione.

Sostiene el Ministerio Público que aitor García Aliaga y Ana Belén Egües Gurrutxaga son responsables de estos delitos, por lo que pide que sean condenados a 53 años de prisión.