Los magistrados consideran probado que en 1990 Carmen Guisasola formaba parte de ETA-Militar, que decidió enviar un paquete bomba al agente del Cuerpo Nacional de Policía Miguel Angel Moreno Gómez.

Carmen Guisasola escribió en el exterior del sobre la dirección del destinatario y luego ella, o bien otra persona con su consentimiento, lo depositaron en el buzón de la víctia elegida. Sin embargo, ésta sospechó del paquete y avisó al 091, cuyos especialistas procedieron a desactivar la bomba.

A raiz del suceso, el propio agente, así como su esposa y sus dos hijas, sufrieron un trauma psíquico que se traduce en irritabilidad, hipervigilancia, crisis de ansiedad, aislamiento social y alteraciones del sueño.

Para los magistrados, los hechos descritos son constitutivos de un delito de asesinato frustrado, por lo que condenan a Carmen Guisasola a un total de 25 años de crcel y a indemnizar con 300.000 euros a la familia del policía, quien ha iniciado los trámites de jubilación por incapacidad debido a las secuelas que padece a raiz de los hechos.

Guisasola fue detenida el 14 de noviembre de 1990 en Saint Martin de Seignaux (País Vasco francés), cuando viajaba a España para aportar documentos a la banda terrorista. Tras su detención en Francia, un tribunal de París la condenó por los delitos de transporte de armas y municiones, así como por asociación de malhechores,una condena de 10 años de prisión.

Una vez cumplida la condena en Francia, Carmen Guisasola fue extraditada a España en marzo del 2001. El país vecino concedió su entrega por siete causas, de las que cuatro eran relativas a sendos asesinatos cometidos en Vizcaya entre los años 1983 y 1989.