Según informaron a Servimedia fuentes del Departamento de Interior del Gobierno vasco, el fallecido, Alfonso Morcillo Calero, de 40 años, salió de su domicilio, en el tercer piso del número 7 de la calle Adarra, hacia las 8,15 de la mañana para dirigirse a su trabajo y a unos 30 metros del portal un individuo encapuchado se dirigió hacia él y le disparó un tiro en la cabeza.

Diversos testigos indicaron a Servimedia que el agresor era un joven que huyó a pie por un de los pasadizos de dicha zona, cercana al cementerio viejo de la localidad.

Alfonso Morcillo recibió un disparo que le produjo un orificio de entrada en el nivel frontoparietal derecho y un orificio de salida a nivel occipital izquierdo, según el Servicio Vasco de Salud.

Morcillo, que no falleció en el acto, permaneció en el suelo durante un cuarto de hora sangrando abundantemente por la cabeza y la boca, según los citados testigos. Posteriormente fue trasladado hasta la Residencia de Nuestra Sñora de Aránzazu, de San Sebastián, donde ingresó con parada cardiorrespiratoria y falleció hacia las nueve de la mañana.

Alfonso Morcillo trabajaba como Policía Municipal en San Sebastián, donde ocupaba el cargo de sargento en el grupo de investigación. Estaba separado y era padre de dos hijos. Actualmente vivía con otra mujer que, al oir el disparo, salió a la calle y vio a su compañero tendido en el suelo, por lo que tuvo que ser trasladada hasta la Residencia afectada por un shock nervioso.

Tstigos presenciales manifestaron que el asesinado era una persona muy cordial que frecuentaba los bares de la zona con sus amigos y su compañera durante los fines de semana. La autopsia al cadáver se realizará en la Residencia de Nuestra Señora de Aránzazu.