El estudio, realizado por el profesor Alfonso Alba, incide en las especiales dificultades que encuentran las mujeres ya no sólo para acceder a un empleo sino sobre todo para progresar en el mismo. Se reconoce que el principal obstáculo tiene que ver con las responsabilidades domésticas y, en concreto, con el cuidado de los menores.

En este sentido, el profesor Alba reconoció la existencia de un "techo" laboral unido a una diferencia salarial que, además, aumenta con la edad. Según explicó, la realidad revela que hombres y mujeres tienen el mismo nivel educativo y encuentran su primer trabajo con similares dificultades pero, a partir de ahí, el colectivo de hombres avanza y el de mujeres se frena.

"Ese techo tiene que desaparecer", aseveró el autor del estudio, "Hay que conseguir una conciliación real". El problema, añadió, está identificado -tareas familiares y cuidado de menores y enfermos- y la respuesta debe venir de diferentes ámbitos: desde la propia familia en la distribución de tareas y desde el Estado.

Por ello, el estudio apuesta claramente por asegurar las condiciones mínimas de no discriminación y pide al Estado que preste un apoyo decidido a la crianza de los hijos, especialmente de 0 a 3 años. También aboga por un cambio en la actitud de los empleadores para que aparquen la idea de que la productividad de un empleado guarda alguna relación con el tipo de contratación.

Otras de las conclusiones que aporta el documento se refieren a los otros dos colectivos desfavorecidos en el mercado laboral, los jóvenes y los mayores. Para los primeros, el estudio pide políticas de empleo centradas en sistemas de subsidios que favorezcan la adquisición de experiencia laboral, ya que el acceso a su primer empleo es el principal obstáculo que se encuentran.

Para los mayores, el estudio señala que invertir en formación continua es la respuesta a la pérdida de valor de su experiencia por cuestiones como las nuevas tecnologías.