Olas de calor

Un estudio alerta de que los efectos del calor en la salud de los trabajadores están “ocultos” en las estadísticas

MADRID
SERVIMEDIA

Un estudio elaborado por la Fundación Primero de Mayo y el Instituto Sindical Europeo (ETUI) ha alertado de que las estadísticas de riesgos y enfermedades laborales mantienen “ocultos” los efectos de las altas temperaturas en la salud de los trabajadores, pese a que “cada vez hay más evidencia científica que demuestra que la exposición al estrés térmico tiene efectos perjudiciales para la salud a largo plazo, que empeoran cuando se combinan con otros tipos de exposiciones, como los agentes químicos y los riesgos de seguridad”.

Así lo pone de relieve el estudio ‘Los episodios de las altas temperaturas como riesgo laboral’, que advierte de que existen “pruebas sólidas” de la reducción de la productividad laboral durante los episodios de calor derivada del deterioro de las capacidades de trabajo, así como de que con el calor aumentan los accidentes laborales.

El informe, cuya autora es la socióloga Claudia Narocki, de la Fundación Primero de Mayo, de la que forma parte el Instituto Sindical Trabajo Ambiente y Salud (ISTAS-COO), destaca que, en la actualidad, la preparación ante episodios de altas temperaturas “no constituye una obligación específica”. A su juicio, es un hecho que “la exposición a estrés térmico en el trabajo refleja las desigualdades sociales, además de impactar negativamente en la salud, lo que redunda en un ahondamiento de las brechas sociales existentes”. Por ello, defiende que muchos empleados “necesitan que los poderes públicos les brinden protección, mediante el control de las condiciones de trabajo”.

En este sentido, el informe insta a las empresas a actuar de forma preventiva y con antelación, incluso cuando todavía no exista un episodio de ola de calor y solo se trate de una situación que afecta a l “confort” térmico de los trabajadores, porque no deberían ser consideradas como “una cuestión menor”.

“La incomodidad térmica causada únicamente por el ambiente externo debe controlarse, en primer lugar, con medidas para controlar los factores ambientales (como temperatura, humedad, calor radiante y velocidad del aire). Si estas medidas fueran insuficientes deben aplicarse otros ajustes, como por ejemplo en la organización del trabajo y las tareas”, sostiene el estudio de la Fundación Primero de Mayo y del ETUI.

POLÍTICAS DE CAMBIO CLIMÁTICO

En cuanto a las políticas de cambio climático, el informe pide que estas incluyan los efectos que las altas temperaturas tienen en los trabajadores, especialmente en los más expuestos, ya sea por realizar actividad física, por trabajar al aire libre o por vestir equipos de protección individual (EPI).

Asimismo, el trabajo recoge que se necesita que se adopten, tanto a nivel de la UE como de sus Estados miembros, políticas laborales específicas que aborden los efectos de las altas temperaturas en la población trabajadora, con puntos de actuación precisos, desarrollados en colaboración con los sindicatos.

Entre estas medidas, plantea la detección de los espacios y puestos de trabajo en los que se sufre estrés térmico, la elaboración de guías sectoriales para la organización del trabajo, control de la sobrecarga térmica, potenciar el peso de la negociación colectiva para abordar estos riesgos para la salud y las acciones preventivas, adoptar desde los Gobiernos sistemas de alerta para los trabajadores más allá de los que ya existen para la población en general ante olas de calor, fijar protocolos de vigilancia de la salud laboral, y mejorar las estadísticas oficiales para que reflejen esta realidad.

(SERVIMEDIA)
08 Jun 2022
DMM/clc