Los hábitos del sueño son tan importantes durante la época de estudio que si un estudiante intenta recuperar por las noches el tiempo perdido, el impacto negativo de la pérdida de sueño dura en el organismo incluso hasta tres días después. Esto significa que los efectos negativos pueden perdurar incluso si el estudiante duerme bien la noche anterior al examen.

El sueño juega un papel vital en el proceso de aprendizaje, ya que ayuda a que la información se sedimente en el cerbro. De acuerdo con los expertos, la memoria se suele perder a menos que el cerebro lleve a cabo un proceso por el que consolide la información recibida. En consecuencia, los investigadores de Harvard aconsejan a los estudiantes que no estudien por las noches y aprovechen mejor las horas diurnas.