Según explicó a Servimedia, en general, los viajes más caros y a destinos más selectos suelen ir a parar a los estudiantes de la privada, tanto en el viaje de fin de Bachillerato, como en el del "paso del ecuador" de la carrera y el de fin de estudios universitarios.

Normalmente, los estudiantes de la pública suelen optar por precios más baratos (como los que se ofrecen en destinos más habituales) para que pueda acudir "el mayor número posible de compañeros" que, de otro modo, tal vez no podrían pagarse el viaje.

Precisamente, el diferente presupuesto que los estudiantes están dispuestos a pagar es, según Martínez Millán, uno de los principales motivos que provocan la fragmentación de grupos que van a distintos destinos, dentro de un mismo curso.

Según Martínez Millán, los estudiantes suelen buscar lugares "con marcha" y que sean "lo más barato posible", aunque sea a costa de la calidad de los servicios que se incluyen. Motivo por el que no es raro que, a la vuelta del viaje, los jóvenes presenten quejas por la baja calidad del hotel, el transporte, etcétera.

El destino universitario más común es, según Martínez Millán, el Caribe (Cancún, Santo Domingo o Cuba). También son habituales Túnez o Marruecos. El precio de estos viajes se sitúa en una media de 600 euros, según estimó.

Los estudiantes de universidades privadas suelen optar por destinos como Estados Unidos, Canadá o, incluso, la Patagonia, lo que llega a doblar los precios anteriores.

Es curioso, sin embargo, el caso de los estudiantes de Ingeniería de Montes o Agrónomos que, tal y como señaló Martínez Millán, suelen hacer viajes más caros porque, normalmente, "consiguen hacerse con mucho dinero para el viaje vendiendo árboles de Navidad" en diciembre, frente a los escasos beneficios que obtienen sus compañeros de otras facultadescon la venta de papeletas de lotería, fiestas, mecheros y camisetas.

En Bachillerato, la mayoría de los jóvenes va a Palma de Mallorca. "En todo caso", algunos colegios privados llevan a sus alumnos a Roma, según señaló el presidente de la FEAAV.

ESCASA RENTABILIDAD

Asimsimo, puntualizó que este tipo de viajes no son rentables para las agencias de viajes. En primer lugar, porque, para competir, y dado el escaso presupuesto de los viajeros, se saca un beneficio "absurdo" por estudiante (que cifró en dos euros).

En segundo lugar, porque los estudiantes piden presupuesto a muchas agencias de viajes a la vez, para comparar los precios. De este modo, "dan más trabajo que beneficios al sector".

Finalmente, Martínez Millán incidió en el hecho de que, en estos viajes, los beneficiarios son los "tour-operadores", es decir, los mayoristas que venden a las agencias los 'paquetes' de vuelo con hotel.

Esto ha llevado, según añadió, a que los precios de los vuelos se igualen a los de temporada alta en las semanas previa y posterior a la Semana Santa. Son estas fechas las más habituales para este tipo de viajes, ya que los universitarios intentan evitar los precios de las vacaciones, pero quieren "juntar" días libres y no hacer el viaje justo antes de los exámenes.