Según el director del Imida, Adrián Martínez, "la obtención de productos de alta calidad es una necesidad de vital importancia para el desarrollo de la industria acuícola".

Ello es debido, añade, "a las altas exigencias de los consumidores, que, a fin de cuentas, son el último eslabón de la cadena alimentaria".

En este sentido, Martínez señala en un comunicado que una de las ventajas de la acuicultura frente a la pesca extractiva es "la posibilidad de controlar el producto y conseguir, mediante la aplicación de las nuevas tecnologías, una constante mejora en la calidad, tanto desde el punto de vista organoléptico como nutricional".

El responsable autonómico afirma que los productos de la pesca poseen un alto valor nutritivo. Sin embargo, afirma, "el pescado es uno de los productos alimenticios más perecederos", y destaca que "durante su manipulación y almacenamiento, la calidad del pescado fresco se deteriora rápidamente, debido a un complejo proceso que conduce a una pérdida de las características sensoriales, químicas, físicas y microbiológicas propias y a una pérdida de la garantía de seguridad del mismo, lo cual limita la vida útil del producto".

Por su parte, María Dolores Hernández, investigadora responsable del citado proyecto, apunta que "su elevado contenido en ácidos grasos poliinsaturados hace a los productos de la pesca muy susceptibles a la oxidación lipídica", por lo que, añade, esta es "una de las principales causas de la pérdida de calidad del pescado fresco y cocinado".

Actualmente existen en el litoral de la Región de Murcia 13 empresas dedicadas al cultivo de peces marinos, un sector, según Adrián Martínez, "de gran importancia económica que está en expansión". El engorde de dorada comenzó en 1991 y ha experimentado desde entonces un notable crecimiento.