Un camionero que circulaba por esta carretera localizó el cuerpo sin vida a la altura del kilómetro 154. Efectivos de la Guardia Civil se trasladaron al lugar de los hechos y encontraron el cadáver carbonizado en la cuneta.

Según las primeras investigaciones, el cuerpo fue quemado en la misma cuneta, ya que algunos matorrales de alrededor se vieron afectados por las llamas, provocadas por la gasolina con la que fue rociada la víctima.

Los investigadores de la Benemérita sospecha que el crimen se produjo en algún otro lugar y los responsables del asesinato se deshicieron del cadáver en el citado punto.

Los agentes encontraron junto al cadáver una cartera con el documento de identidad del fallecido, aunque la identidad del mismo no ha trascendido debido al secreto sumarial en el que se encuentra el caso, por orden del juez que instruye las diligencias.

Médicos forenses realizaron ayer la autopsia al cadáver, certificando que éste murió por asfixia por presión sobre el cuelo, lo que provocó la fractura del cartílago tiroide. La autopsia revela también que las llamas sólo afectaron al tejido celular subcutáneo, por lo que el cuerpo sólo pudo estar ardiendo unos 10 ó 15 minutos.

Según las mismas fuentes policiales, las primeras sospechas apuntan a un ajuste de cuentas como móvil del crimen, y que los asesinos incendiaran el cuerpo del joven después de matarle para eliminar las pistas que puedan esclarecer el caso.