Plaza declaró a Servimedia que leyes parecidas a la que ayer se aprobó en el Congreso de los Diputados han supuesto en Italia e Irlanda caídas de entre el 8 y el 10% del consumo de tabaco.

El objetivo de la ministra de Sanidad y Consumo, Elena Salgado, de reducir un 5% el número de fumadores en los próximos dos años pone en una situación muy difícil a los estanqueros, explicó Plaza.

Agregó que si el consumo ya disminuía un 1% anual sin la ley, la prohibición de fumar en centros de trabajo y la inhabilitación de las salas de fumadores agravará la situación para los estancos.

La ley afectará fundamentalmente a los estancos instalados en lugares oficiales, que desaparerán por "una cuestión de estética", continuó. Aunque se les ha dado un año para "buscarse la vida" y encontrar otra ubicación, estos puntos de venta tendrán que ser cerrados, ya que "hace mal efecto comprar tabaco en centros oficiales".

MARCAS BARATAS

En relación a las "marcas baratas" de tabaco, Plaza indicó que su venta afecta tanto al Estado como a los estanqueros, ya que "ambos pagan impuestos sobre el precio de venta al público final de las cajetillas".

La guerra entre compañías tabaqueras tiene difícil solución, en opinión de Plaza, especialmente cuando algunas marcas compiten en el mercado con "precios ficticios".

Por último, Felipe Plaza afirmó que estos precios a la baja, sumados al previsible descenso en el consumo motivado por la ley, hacen que "el número de estancos con posibilidades de cerrar sea amplio".