La Federación Española del Vino explica este estancamiento de las ventas en los ocho primeros meses del año por la fuerte caída de las ventas exteriores de los vinos a granel, que se vieron compensadas por el crecimiento de la exportación de vinos de calidad.

Las exportaciones de vinos de mesa a granel fueron las que más descendieron, un 14% en valor y un 9% en volumen, como consecuencia de la recuperación de las cosechas en países productores vecinos, como Francia e Italia, a los que durante los dos años anteriores se les vendieron grandes cantidades.

En el lado positivo, destaca el fuerte aumento de las exportaciones de vinos de mesa envasados y vinos de la tierra, que subieron el 13% en valor, hasta alcanzar los 111 millones de euros, y el 9% en volumen (146 millones de litros); seguidos de los vinos con denominación de origen, cuyas exportaciones mejoraron un 4% en valor y un 7% en volumen.

Según las bodegas, la disminución relativa de precios medios en la categoría de vinos con denominación de origen muestra la cada vez mayor competencia mundial en el mercado vinícola, en el que australianos y chilenos, junto a franceses e italianos, tienen mucho vino para vender a precios muy competitivos.

La exportación de cavas y vinos espumosos también tuvo un comportamiento positivo, al aumentar un 4% en términos de valor, hasta los 143 millones de euros entre enero y agosto de este año.

Para la Federación Española del Vino, estos datos muestran la esperada caída de ventas de vinos de mesa a granel y un satisfactorio incremento de las ventas de vinos con denominación de origen, aunque penalizados en cuanto a sus precios medios por una mayor competencia mundial.

Según las bodegas, el liderazgo en el crecimiento de ventas corresponde a los vinos de la tierra y vinos de mesa envasados, para los que reclaman un marco normativo nuevo que les permita mejores oportunidades de presentación y, con ello, mejores posibilidades para competir.