Fernández Ordóñez indicó que los datos son positivos, pero pidió que no se "echen las campanas al vuelo", dado que en los últimos cinco años había superávit en octubre y, sin embargo, el año se cerró con déficit.

Apuntó que en los dos últimos meses del año hay una acumulación de gastos que rebajará el superávit alcanzado, como el efecto de la sentencia del Tribunal de Luxemburgo sobre el IVA de las subvenciones; los anticipos de 1.365 millones a las comunidades autónomas; aportaciones a la Sepi para la reconversión de Izar, gastos de las sociedades de aguas y la creación de la sociedad de infraestructuras.

Pero, pese a estos datos, es "muy probable" que no sólo las Administraciones Públicas acaben el año con superávit, sino el conjunto del Estado, frente al déficit previsto del 0,4%. "Es algo que no habíamos visto", dijo el secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos.

El Gobierno había previsto un superávit del subsector Administraciones Públicas del 0,1%, pero que podría alcanzar, para cumplirse ese superávit del Estado anunciado por Hacienda, más allá del 0,6%, una mejora que también alcanzará a la Seguridad Social.

La recaudación neta hasta octubre ascendió a 150.942 millones de euros, un 14,1% más que un año antes, impulsado, en buena parte, por adelantos en la percepción de determinados impuestos, principalmente Sociedades.

Los impuestos directos se elevaron hasta los 77.648 millones de euros, un 19,2% más, con alzas del 16,7% en el IRPF y del 25,4% en el Impuesto de Sociedades.

El principal motor del incremento de la recaudación a través del IRPF se debe a las ganancias patrimoniales, que Fernández Ordóñez atribuyó en mayor medida a los beneficios obtenidos en bolsa, y no tanto a los incrementos de patrimonio derivados de la subida del precio de los pisos, ya que ese proceso se lleva viviendo más tiempo.

Los ingresos por impuestos indirectos alcanzaron hasta octubre los 63.134 millones de euros, un 10,7% más, con subidas del 12,7% en el caso del IVA, que se moderará a final de año, y se situó en 45.565 millones de euros.

Los impuestos especiales totalizaron 15.232 millones de euros, entre los que destacan los 8.518 millones del Impuesto de Hidrocarburos (+1,1%) y los 5.084 millones del Impuesto sobre las Labores del Tabaco, con un alza del 11,4%.

En el apartado de los pagos no financieros, representaron un total de 99.421 millones de euros, un 4,6% más. Los gastos por personal se elevaron hasta los 16.403 millones de euros, con una subida del 6,7%, principalmente por el pago extra a las clases pasivas por la desviación del IPC.

En el capítulo de gastos en bienes corrientes y servicios se realizaron pagos por 2.453 millones de euros, un 7,5%, porque hubo menos procesos electorales. Los gastos financieros ascendieron a 17.358 millones de euros, un 6,6% más, por los cambios de calendario de vecimiento de los intereses de la deuda.

Todos estos datos permiten a la economía disponer de una capacidad de endeudamiento de 4.427 millones de euros, frente a una necesidad de 12.576 millones un año antes.