Esa seguridad no implica, según dijo, que el sistema actual no deba ser reformado para "hacerlo más eficiente y para acentuar su carácter contributivo".

Tal y como los socialista aprobaron en su 33 Congeso Federal, el presidente apostó por nuevas fórmulas de financiación que hagan compatibles las pensiones del Estado con una promocón intensa del ahorro privado, de modo que quién más invierta en su jubilación, mayores prestaciones reciba con la seguridad de tener un mínimo asegurado por el Estado.

González insistió en que el Gobierno está empeñado en mantener un efectivo sistema de prestaciones sociales "justo y solidario, porque eso es lo que nos sigue diferenciando de otras opciones políticas".

Por tanto, las reformas de las prestaciones sociales efectuadas por el Ejecutivo no pueden entenderse como un cuestionamiento delsistema de protección social, si no es "desde la mala fé".

El presidente defendió la política social del Gobieno y aseguró que "mantener el poder adquisitivo de las pensiones, extender la cobertura de las prestaciones por desempleo y seguir invirtiendo en educación y sanidad no se logra con actitudes o discursos demagógicos, sino con una política que garantice el crecimiento económico".

Esta afirmación fue entendida desde los bancos populares como una carga en profundidad del presidente contra lo líderes del PP y provocó murmullos de desaprobación.

González pidió la ayuda de todos los grupos parlamentarios para crear una conciencia social de responsabilidad en estos momentos de crisis.

Según dijo, garantizar la cobertura social implica también que todos los grupos políticos "fomenten la conciencia social de considerar el fraude fiscal y el frude en temas de protección social una agresión al conjunto de la sociedad".