Mane es el primer Estado que materializa una iniciativa legal de esta naturaleza, aunque otros están considerando hacer lo mismo, ante la imposibilidad de que una medida de estas características sea adoptada en el Congreso de los Estados Unidos con validez general en todo EE.UU., debido a la fuerza de los lobbys farmacéuticos en Washington, según informa la revista británica "The Economist".

Con la nueva ley recién aprobada en Maine, las autoridades de este Estado piensan utilizar su poder de negociació para forzar sustanciales descuentos en los medicamentos vendidos a los 325.000 ciudadanos, alrededor de un tercio de los habitantes del Estado, que no tienen seguro médico de ninguna clase.

Si no hay acuerdo sobre los descuentos antes de enero del año 2003, una comisión impondrá topes en los precios de los fármacos, que serán efectivos a partir de julio de ese mismo año. Entretanto, los fabricantes y los distribuidores que limiten artificialmente la distribución de medicamentos o carguen precios exceivos serán sancionados con multas de hasta 100.000 dólares (uno 18 millones de pesetas).

Los laboratorios farmacéuticos no han tardado en reaccionar ante esta iniciativa legal, publicando páginas enteras de publicidad en la prensa para convencer a los ciudadanos de que el plan es negativo.

El gobernador de Maine, Angus King, un político independiente, confía en que su plan sea imitado por los estados más próximos que constituyen la denominada región de Nueva Inglaterra, formada por seis estados (aine, New Hampshire, Vermont, Massachusetts, Rhode Island y Connecticut), que cuentan con más de 13 millones de habitantes. De hecho, Vermont ya se está planteando también una legislación similar a la de Maine.