Los investigadores, de la Universidad de Massachusetts (EEUU), sugieren que los factores que influyen en este cambo del estado emocional son introducidos por la dieta, la exposición a mayor cantidad de luz y los niveles de actividad.

El estudio se centró en 600 miembros de una organización norteamericana que se ocupa de las personas que sufren el desorden afectivo estacional, caracterizado por la presencia de depresión durante el invierno.

Los participantes fueron sometidos a pruebas psicológicas durante un año, y los resultados indicaron que los niveles de depresión alcanzaban la máxima puntuación durante e invierno y la mínima en verano, mientras oscilaban entre ambos extremos durante la primavera y el otoño.