Este sistema, que produce electricidad y calor, además de refrigeración, se alimenta de gas natural, evitando las repercusiones negativas producidas por la energía de las centrales eléctricas y reduciendo los elevados costes económicos que generaba la estación.

La construcción de la planta, subvencionada por la Unió Europea, supuso una inversión de 215 millones de pesetas y corrió a cargo de la empresa Sinae. Esta sociedad está integrada dentro del Grupo Mapfre, que financia la obra con el 90 por ciento del ahorro que este nuevo sistema está generando a Renfe durante los primeros 42 meses de funcionamiento.

La Unidad de Estaciones Comerciales de Renfe, debido a los excelentes resultados obtenidos en Chamartín, ha proyectado instalar otra planta de cogeneración en la estación de Sants, en Barcelona. La empresa Siae será también la encargada de ejecutarla y se espera que empiece a funcionar antes del verano de 1996.

En la actualidad, también ha salido a concurso la construcción de una nueva planta cogeneradora para la estación madrileña de Atocha. Las obras de esta planta comenzarán a principios del 96 y se espera que esté en funcionamiento antes de final de ese mismo año.

El sistema de la planta de cogeneración está diseñado para que cuando el consumo de energía de la estación sea inferior al producido pr la planta, esa energía puede ser vendida a las compañías suministradoras.

El sistema eléctrico de la instalación funciona en paralelo con la red general del suministro y se ha diseñado para que actúe como grupo de emergencia en caso de producirse alguna incidencia, lo que supone un importante ahorro al evitar dobles contratos con la compañía de suministro eléctrico.