Según el último parte médico emitido por el Hospital bilbaíno de Cruces, en cuya Unidad de Ciudadanos Intensivos de Pediatría permanece ingresado, el pequeño "está consciente y mantiene las constantes vitales".

El injerto arterial que los facultativos le practcaron ayer debido al deterioro que le provocó la explosión de la bomba etarra, "funciona, aunque persiste la gravedad".

Diego Montes resultó herido con lesiones en la cabeza y pierna derecha cuando estalló el artefacto explosivo que los terroristas habían adosado a una farola, en el barrio de Eguía de San Sebastián.

En la misma acción terrorista falleció el guardia civil Luis Aragó, en tanto que sus compañeros Juan Carlos Casillas, Miguel Angel García y Pedro Samuel Martín sufrieron heridos de ditinta consideración, así como el padre del niño, Víctor Montes, que ha perdido tres dedos del pie derecho.

Víctor Montes permanecía esta tarde ingresado en el Hospital donostiarra Nuestra Señora de Aranzazu, cuyos portavoces calificaron su estado de pronóstico leve. En el mismo centro está también internado Jesús Carlos Casilla.

Agregaron que la salud del guardia "mejora dentro del cuadro de gravedad que presenta, con fractura abierta de tibia derecha y lesión del nervio radical derecho".

DESACIVADO

Por otra parte, esta madrugada, la Guardia Civil desactivó un artefacto colocado en las puertas de un concesionario de vehículos "Ford" en Lejona (Vizcaya).

La bomba, compuesta por dos kilos de amonal, detonador casero y temporizador, no llegó a explotar. La la policía no duda de que, también en este caso, la responsabilidad hay que achacársela a la organización terrorista ETA.

Técnicos en explosivos de la Benemértita lograron desconectarlo, poco después de que una llamada anónima advitiera a la Policía Autónoma Vasca de su colocación y localización.