(ESTA NOTICIA RESUME EL DEBATE SOBRE EL ESTADO DE LA NACION)
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Felipe González rompió hoy todas las previsiones que se habían hecho en torno al debate sobre el estado de la nación, al comenzar su intervención con una primera media hora en la que respondió a las acusaciones generalizadas de corrupción y pidió sanciones para los que difunden rumores sin fundamento.
Incluso desbarató las propias previsiones facilitadas por el Gobierno, que en su counicación al presidente del Congreso de los Diputados con el índice temático sobre lo que iba a hablar el presidente del Gobierno no introdujo ninguna referencia a la corrupción.
Como consecuencia de ello, los portavoces de los diferentes grupos parlamentarios reaccionaron de forma diversa, pero se felicitaron de que el presidente, de una forma u otra, haya abordado uno de los temas de mayor actualidad en la vida española.
Previa a su intervención, el presidente del Gobierno hizo un alto para acodarse de la última víctima de ETA y para recordar la firmeza del Gobierno en la lucha contra "la locura asesina". Además, expresó su convicción de que las conversaciones entre el PNV y Herri Batasuna no serán viables.
Acto seguido comenzó sus ataques a los dirigentes del PP, sin citarlos por su nombre, con la petición de que se expulse de la vida política "a quienes incurren en la corrupción política, pero también a quienes utilizan esta cuestión como instrumento de propaganda, lanzando acusaciones fasas".
"Tal vez a algunos habría que expulsarles por los dos motivos", llegó a decir en un momento de su intervención.
En opinión del jefe del Ejecutivo es "totalmente injusto" que "algunos" responsables políticos intenten crear una imagen de corrupción "generalizada" porque "no es un problema superior al que tienen otros países de nuestro entorno".
Considera, sin embargo, que sí existe un problema de "opinión pública" por el interés de convertir ese tema en un instrumento de propaganda.
Una vez concluida esta parte de su discurso, González comenzó a hablar de la "convergencia europea" con el anunció de que los impuestos directos no subirán a partir de 1993.
Explicó en líneas generales el plan de convergencia con la Comunidad Europea, que será presentado en el Parlamento por el ministro de Economía, Carlos Solchaga, en los próximos días, haciendo un nuevo llamamiento a la moderación salarial, porque "amenaza directamente los puestos de trabajo y la supervivencia de las empresas".
AZAR REDOBLA SUS ACUSACIONES
La sesión de tarde del debate fue abierta por el presidente del PP, José María Aznar, quien acusó a González de "dar la espalda" a los problemas de la España real y de querer dar la impresión, con su autocrítica, de que no tiene nada que ver con los problemas del país.
Con la misma técnica que empleara el presidente González por la mañana, Aznar hizo una primera referencia al terrorismo y una advertencia de que con ETA no se puede negociar "ni directa ni indirectamente" en alusión a las conversaciones entre el PNV y HB, para entrar de lleno en la corrupción.
El líder del PP culpó a González y al PSOE de la atonía que vive el país por la escasa credibilidad que tienen ambos en los últimos escándalos de corrupción aparecidos.
"¿Hablamos de un país en el que la gente ha rebajado su confianza en las instituciones porque las ve al servicio de un partido? (continuamente acusó al PSOE de intentar controlar a la sociedad civil y de confundir Estado y partido) ¿Hablamosde un país en el que la palabra que más se oye es corrupción y en el que, por todos los medios se nos quiere inculcar que no existe alternativa al Gobierno socialista?".
Cuando la intervención de José María Aznar alcanzó su clímax de acusaciones contra el PSOE, un diputado del PSOE, primero, y otro más adelante, gritaron: "¿Y de Hormaechea, qué?".
Aznar interrumpió su discurso para decir que está dispuesto a hablar del "caso Hormaechea" para clarificar la vida pública española y extendió su dedo cusador hacia el presidente del Gobierno, asegurando que el secretario general del PSOE también tiene que responder de casos como Renfe, Filesa o Ibercorp.
Esta reacción de Aznar provocó varias salvas de aplausos provenientes de los escaños del PP y protestas de los parlamentarios socialistas.
Además, Aznar anunció que su partido no está dispuesto a alcanzar un consenso con el Gobierno para la llamada convergencia económica con Europa "para que el PSOE mantenga su política de bandazos por exigencas electoralistas".
ANGUITA: NO AL SILENCIO
El ex coordinador general de Izquierda Unida (IU), Julio Anguita, denunció la "sempiterna" actitud del Gobierno de "apoyar con el silencio" e impedir investigar todos los casos de corrupción que emergen en la vida del país.
Calificó de "preocupante" la postura que mantiene Felipe González ante los escándalos financieros, porque "parece no enterarse nunca y cuando lo manifiesta apoya con sus declaraciones el mantenimiento de una atmósfera enrarecida". Al igual que José María Aznar, Anguita dijo que no comprende por qué no se ha cesado todavía al gobernador del Banco de España por el "caso Ibercorp" y añadió que el interminable rosario de escándalos a que asisten los españoles está demoliendo la confianza de los ciudadanos en la política.
Julio Anguita considera "agotado" el proyecto del PSOE porque ha tocado a su fin la ilusión que, mayoritariamente, los españoles depositaron en ese partido en 1982.
Puso como ejemplo las huelgas generales esarrolladas últimamente en Cantabria, Asturias y Cartagena, así como el conflicto que viven los mineros leoneses y el paro en los transportes públicos de Cataluña y Madrid.
ROCA: FALTA PROYECTO POLITICO
Por su parte, el portavoz de Convergència i Unión en el Congreso de los Diputados, Miquel Roca, manifestó que el Gobierno adolece de una "falta de proyecto y de dirección política", que impide afrontar con garantías el reto de la convergencia económica con Europa.
Miquel Roca acusó al Ejecutivode trasladar a la opinión pública una imagen "vacilante y distante" de la realidad social, incidiendo en que el clima enrarecido que vive la vida política española está generando un progresivo desinterés de los ciudadanos sobre la acción de las instituciones.
Por ello, aceptó la oferta hecha por Felipe González de frenar el gasto de los partidos políticos buscando un acuerdo que permita afrontar "con coraje" el problema.
"Hay que asegurar la transparencia, evitando que las limitaciones y la opaciad del sistema actual sea aprovechado por oportunistas desaprensivos, que siembran la duda de la sospecha generalizada", dijo.
Además, exigió al Gobierno una reorientación de su política económica, por entender que la actual carece de "sensibilidad industrial" y fomenta la cultura de la "jugada financiera especulativa a corto plazo".
CASO: ALERTA CONTRA EL FASCISMO
El portavoz del CDS, José Ramón caso, advirtió sobre el riesgo de que emerjan en España movimientos fascistas si se acrecienta el atual clima de descrédito de las instituciones democráticas.
Caso pidió en el debate sobre el estado de la nación un esfuerzo de lucha contra quienes atacan al Parlamento y a la vida pública española, extendiendo de forma injusta la sensación de que la corrupción política es generalizada.
El dirigente centrista dijo que existe en nuestro país un "deterioro de la ética social" que sólo se puede solucionar arbitrando medidas legislativas que aumenten el control y la transparencia de las institucione públicas.
En su opinión, hay que empezar por la reforma del sistema electoral, incrementando la fiscalización y la transparencia de gastos de los partidos políticos.
ANASAGASTI: EL PNV NO PONDRA EN PELIGRO EL PACTO
Por su parte, el portavoz del PNV, Iñaki Anasagasti, afirmó, en relación a las conversaciones que mantiene su partido con HB para modificar el trazado de la autovía de Leizarán, que el PNV "no hará nada que ponga en peligro el pacto de Ajuria Enea".
Dirigiéndose a Felipe Gonzálz, le pidió que adelante las elecciones legislativas previstas para 1993 a noviembre de este año, con el objeto de encauzar el debate sobre la convergencia con Europa.
(SERVIMEDIA)
24 Mar 1992
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