El coste de la reforma oscilará entre 400.000 y 500.000 illones de pesetas, cantidad que el Estado dejará de ingresos en el conjunto del trienio 1992-94, según explicó en rueda de prensa el ministro de Economía, Carlos Solchaga.

El ministro rechazó las críticas de los sindicatos a estas leyes y aseguró que ya fue negociada suficientemente con ellos. Añadió que el nuevo IRPF es "difícilmente criticable desde el punto de vista de las rentas del trabajo" y recalcó que no supondrá una reducción del gasto público.

Las nuevas leyes, que empezarán a aplicars en 1993 para las declaraciones de la renta y el patrimonio obtenidos en 1992, obtuvieron el apoyo, en sus líneas maestras, del PSOE, IU, CDS y Minoría Catalana, y la oposición del Partido Popular.

REGULARIZACION FISCAL

Asimismo, la Cámara Baja ratificó las fórmulas de regularización fiscal incorporadas a la Ley de IRPF para facilitar la afloración de "dinero negro".

Las dos fórmulas establecidas son la presentación de declaraciones complementarias sin intereses de demora y la sustitución de lo pagarés del Tesoro y los Forales por deuda pública al 2 por ciento de interés, cuya opacidad fiscal será suprimida en un plazo de seis años.

Las declaraciones complementarias podrán empezar a realizarse en cuanto la ley sea promulgada en el Boletín Oficial del Estado (BOE). En cuanto a la nueva deuda pública, el Gobierno decidirá en los próximos días el sistema de canje por los pagarés.

Otra novedad introducida en el Senado es la obligación de las entidades bancarias de identificar a los usuario de cheques al portador superiores al medio millón de pesetas, debiendo facilitar su NIF.

Con el nuevo IRPF, el tipo máximo de este impuesto será a partir de 1993 del 50 por ciento, frente al 56 por ciento actual. El mínimo exento de declaración se situará en 1 millón de pesetas para los solteros y en 1,2 millones para declaraciones conjuntas y pensionistas. De esta manera, no tendrán que declarar el 99 por ciento de los pensionistas, según afirmó Solchaga.

Mejorará también el tratamiento del ahoro, ya que no tributarán los intereses de hasta un millón de pesetas al año, siempre que se mantengan invertidos durante un mínimo de cinco años.