El piloto del otro aparato, el capitán Julio de Vargas Vidal, saltó del avión en paracaidas antes de que el caza que dirigía se precipitara como el otro Mirage contra suelo frances, en las inmediaciones de Cambrai, a unos 200 kilómetros al noroeste de París.

Según las mismas fuentes, el accidente ocurrió sobre las doce y media de esta añana, cuando los aparatos, que pertenecen al Ala 14 de la base aérea de Albacete, realizaban junto a otros dos aviones similares españoles un vuelo de navegación hacia la ciudad belga de Florenne.

El ejercicio tenía como finalidad participar en un intercambio de escuadrones con el Ejército del Aire belga.

Sin embargo, un roce entre los dos aviones cuando éstos se econtraban descendiendo a 3.000 pies de altura, provocó que ambos aviones se estrellasen, aunque uno de ellos se incendió antes de tomr suelo.

El comandante José Miguel López Merino, casado y con tres hijos, contaba con 2.260 horas de vuelo, de las que más de 390 las había realizado a bordo de un avión de similares características al aparato en el que sufrió el accidente.

Por su parte, el capitán Julio de Vargas Vidal, que fue asistido de heridas de pronóstico leve en un centro hospitalario francés, tiene en su historial más de 1.100 horas de vuelo, de las que 150 las realizó en un avión similar.

El Ministerio de Defensa h nombrado a una comisión investigadora que se desplazará al lugar para esclarecer las causas que motivaron el accidente.