ESPIDO FREIRE PRESENTA "CUANDO COMER ES UN INFIERNO", UN ENSAYO QUE RECOGE TESTIMONIOS DE ENFERMAS DE BULIMIA

- El 20% de los jóvenes entre 18 y 22 años sufre trastornos de la alimentación

MADRID
SERVIMEDIA

La escritora Espido Freire presentó hoy en Madrid el libro "Cuando comer es un infierno", un ensayo que recoge los testimonios de enfermas de bulimia, un trastorno e la alimentación que afecta al 4% de las adolescentes y al que poco a poco van incorporándose los hombres.

Según explicó Freire en la presentación, la idea de escribir este libro surgió a raíz de una serie de investigaciones sobre la enfermedad que llevaron a la autora a descubrir en Internet diversas páginas "web" pro-anorexia, en las que se fomenta la enfermedad, se dan consejos para adelgazar lo más posible o cómo ocultar los síntomas. Todo ello bajo lemas como "No hay nada que siente tan bien com estar delgada".

Este descubirmiento llevó a la autora, que en su día fue enferma de bulimia, a ejercer su labor como escritora de "dar voz" a los que no pueden hacerlo por sí mismos y comenzar a escribir este libro. "No podía quedarme al margen". El objetivo, señaló, es llamar la atención sobre esta enfermedad y mostrar la realidad de los trastornos alimenticios, que afectan al 20% de los jóvenes de entre 18 y 22 años.

También pretende que los enfermos puedan encontrar consuelo entre sus páginas en las que la autora ofrece soluciones, consejos y, sobre todo, esperanza, ya que la mayoría de las jóvenes logra superarlo y seguir una vida normal.

En el libro, Freire alerta de otro tipo de trastorno asociado a la bulimia y que lleva a las jóvenes a automutilarse. Según explicó, es otra forma de agredir al cuerpo contra el que se rebelan las bulímicas. En momentos de extrema angustia y cuando los episodios de atracones y vómitos se suceden, la enferma llega a infligirse cortes, quemaduras y golpes

Por último, la autora señala toda una serie de factores que pueden desencadenar un trastorno de la alimentación y que parten de una incapacidad a la hora de expresar los sentimientos. Todo ello se combina con un ambiente familiar de preocupación por la figura y las dietas, un componente de imitación de modelos y la presión social y de los medios de comunicación.

En este sentido, Freire lanza una última reflexión: "Mientras los únicos modelos que se les presentan a las niñas sean cuerpos, mientra no se valore a la mujer globalmente y no se considere positivamente otro valor aparte de la belleza, mientras no se abandone la imagen femenina como reclamo para vender objetos, mientras las mujeres feas, o niñas, o viejas resulten invisibles en los medios de comunicación, los esfuerzos por evitar la anorexia y la bulimia tendrán únicamente un éxito parcial. Los expertos repiten que se trata de enfermedades causadas por multiplicidad de causas. Eliminemos al menos la explotación de la imagen femenina, y oservemos hasta qué punto ese factor mejora las cosas".

(SERVIMEDIA)
11 Mar 2002
SBA