Esperanza Aguirre insistió en que los árboles, que tienen más de 50 años y están en perfectas condiciones, no serán talados, sino que serán trasplantados en una zona próxima al Parque de la Arganzuela.

Las operaciones de trasplante, que comenzaron ayer, motivaron las protestas de un grupo de vecinos, que solictaron la paralización de las obras. Una mujer incluso se abrazó a una de las acacias para impedir que la máquina excavadora continuase con su trabajo.

Por su parte, la responsable del área de Medio Ambiente recalcó que, desde que ella está al frente de la concejalía, "no se ha consentido" ni una sola tala en Madrid, a excepción de aquellos casos en los que los árboles están enfermos.

"Cuando ha habido que realizar alguna tala con motivo de la realización de obras", agregó, "se ha obligado a la cotrata a efectuar a su cargo todas las tareas de trasplante, mientras que el área de Medio Ambiente les indicaba cuáles son los medios técnicos y el mejor lugar de ubicación".

Esperanza Aguirre dijo que si los vecinos de la zona no quieren que las acacias sean trasladadas, existe la posibilidad de que el aparcamiento para residentes sea construido en mina (por debajo de la tierra y no a cielo descubierto), lo que permitiría que los árboles continuasen en el mismo lugar que ocupan ahora.

Esta posiblidad, según la concejala, aumentaría el coste de las plazas de garaje, "aunque la decisión final depende de los propios vecinos", indicó.