La investigación, publicada en el último número de "Medicina Clínica", trataba de averiguar si existían diferencias en la ingesta de grasas entre la población del norte y la del sur del país, un fenómeno observado en otros países de la cueca mediterránea.

El grupo efectuó una encuesta alimentaria a 41.451 personas de edades comprendidas entre 29 y 69 años, de los que 25.816 eran mujeres y 15.635 eran varones, y que representaban a todas las clases sociales y pertenecían a tres áreas geográficas del norte (Asturias, Navara y Guipúzcoa) y a dos del sur (Granada y Murcia).

Los ácidos grasos saturados (los más dañinos para la salud) proporcionan entre el 11 y el 13% de las calorías que consumen los españoles, los monoinsaturados entreel 15 al 20%, y los poliinsaturados entre el 5 y el 7%.

Los responsables del estudio encontraron que el aceite de oliva (ácido graso monoinsaturado) representa el 78% del consumo de los aceites vegetales en las mujeres y el 67% de los varones, lo que supone el 8 y el 7% del total de las calorías que ingieren, respectivamente.

Existen diferencias entre las mujeres y los varones respecto a la fuente principal de grasas saturadas, ya que predominan las procedentes del queso y la leche entera entre ls mujeres, mientras que en los varones son más frecuentes las procedentes de embutidos.

Los responsables del estudio recomiendan, a pesar del alto consumo de grasas buenas, una reducción de la ingesta de las saturadas, de modo que su aporte calórico se reduzca del 11-13% al 5-7%.

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