A España le siguen Ucrania, con un 21,7% de manifestantes, Islandia (15,4%), Luxemburgo (14,8%), Francia (12,8%) y Noruega (10,6%). Por el contrario, los menores índices los presentan Polonia, Eslovenia y Hungría, con sólo un 1,6% de participación.

En esta misma línea, un 11,6% de los españoles afirmó haber llevado o mostrado insignias o pegatinas de alguna campaña en los 12 meses previos al estudio, mientras que un 24,7% confesó haber firmado una petición en una recogida de firmas durante el mismo periodo de tiempo.

Este informe, financiado a nivel europeo por la Fundación Europea de la Ciencia y por la Comisión Europea, fue realizado en 25 países europeos. En España se realizaron, entre septiembre de 2004 y febrero de 2005, un total de 1.663 entrevistas a residentes de más de 15 años.

El fin principal de este trabajo, que tiene carácter bianual, es realizar un estudio comparado de las actitudes, atributos, comportamientos y conductas de los ciudadanos europeos y, especialmente, en referencia a sus ámbitos económicos, sociales y políticos.

El coordinador nacional de la ESE en España, Mariano Torcal, explicó en rueda de prensa que los ciudadanos de los países del norte de Europa, como Islandia o Noruega, se muestran más predispuestos a participar en acciones políticas y sociales, mientras que los sureuropeos se comprometen mucho menos. Así, en España sólo el 17,7% aseguró haber colaborado con una organización o asociación con tintes reivindicativos.

DESINTERÉS POR LA POLÍTICA

El alto grado de activismo que declararon los españoles contrasta, según Torcal, con su desinterés hacia la política, ya que, junto a los portugueses y los griegos, los ciudadanos de este país son los que menos se interesan por estas cuestiones.

Concretamente, un 28% de los españoles puso de manifiesto ese desinterés, aunque "se trata de datos más positivos que los registrados en 2002" cuando, según este experto, la cifra aumentaba hasta alcanzar el 37% de los españoles.

Por otro lado, la encuesta sitúa a los españoles también entre los europeos más críticos con los políticos y el sistema judicial, a quienes se suspende con un 3,7 y un 4,7, en una escala sobre 10, respectivamente. Esta actitud afecta también a las empresas, ya que un 71% se mostró "muy de acuerdo" o "de acuerdo" en que a éstas "sólo les preocupa obtener beneficios".

ÁMBITO DOMÉSTICO

En lo relativo a la familia y a la forma de organizar el hogar, cabe destacar que el 47% de los hombres españoles aseguró no dedicar nada de tiempo a las tareas del hogar.

Por otra parte, el 56% de los españoles (tanto hombres como mujeres) consideran que "la mujer debería estar dispuesta a reducir la jornada laboral por el bien de su familia".

En materia de inmigración, Torcal destacó "la tendencia al alza de las actitudes positivas de los españoles" hacia este fenómeno, por considerar que, en una escala de 0 a 10, se ubican en el punto 5,6 a la hora de afirmar que la llegada de ciudadanos procedentes de otros países es buena para la economía española, frente a los 5,4 puntos registrados en 2002.

De este estudio se desprende también la valoración que, en escala de 0 a 10, los españoles hacen del Sistema Nacional de Salud, al que dan 5,8 puntos, o del sistema educativo, con un 5,3.