Es decir, en apenas un año se ha duplicado el interés que los españoles muestran por los pisos fuera de las fronteras de su país. La carestía de la vivienda en España anima cada vez más a los inversores a buscar oportunidades de inversión en el extranjero.

Sólo en el mes de agosto, pese a ser un periodo eminentemente vacacional, los españoles gastaron 168 millones de euros en comprar viviendas en el extranjero, un 118,18% más que en igual mes de 2005, casi 30.000 millones de las antiguas pesetas.

En los últimos años, en concreto desde 2004, se observa una fuerte tendencia al incremento de la inversión española en pisos en el exterior.

En ese ejercicio se alcanzaron los 781 millones de euros, cuando un año antes, en 2003, apenas se registraron compras por valor de 388 millones.

En 2005 continuó el fuerte ritmo al alza y se registró una inversión en pisos en el extranjero de 1.524 millones. Este ritmo se mantiene en 2006, lo que puede dar lugar a un nuevo récord y a superar los 2.000 millones gastados en la adquisición de pisos en el extranjero.