A su llegada a Barcelona, visiblemente cansada, Yolanda Ming concedió una rueda de prensa que duró apenas cinco minutos y en la que la indultada explicó que la noticia de su liberación la había recibido el pasado viernes, cuando fue llamada por la directora de la cárcel donde vivía reclusa desde junio de 1989, cuando fue detenida por posesión de 2,5 kilos de heroína.

Entre una gran expectación, Yolanda Ming y sus padres no pudieron reprimir las lágrimas en varios momentos del recbimiento. Ming agradeció las gestiones de la embajada española en Bangkok y los desvelos de sus progenitores y del concejal Ferran Bello, quien fue el primero en saber la noticia desde España.

"Yo nunca había perdido la esperanza de que llegaría este momento, porque sabía que tenía mucho apoyo y que se estaban haciendo muchas gestiones, pero en los últimos días ya había llegado a pensar que pasaría otras navidades en la prisión", comentó Ming, quien aseguró que durante estos cinco años de reclusión harecibido entre 60 y 80 cartas de amigos cada 15 días.

Después de la brevísima rueda de prensa, Yolanda Ming expresó su deseo de ir a su casa y darse una ducha, tras lo cual fue conducida al Hospital Municipal de Badalona para que se le practicara una extensa revisión médica.