En el plenario de presidentes de la XVI cumbre de jefes de Estado y de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero ha tenido que escuchar fuertes alusiones por parte de todos los mandatarios, aunque con especial virulencia en el caso del boliviano Evo Morales; el vicepresidente cubano, Carlos Lage; o el ministro venezolano de Asuntos Exteriores.

Morales ha sido quizá el que ha empleado un tono más contundente, aunque, por lo general, el resto de mandatarios encubrían sus criticas a la UE en el celofán de las buenas formas.

El presidente boliviano reclamó que se reconozcan los derechos de los migrantes, además de los derechos de los pueblos indígenas y recordó que cuando los flujos migratorios eran Norte-Norte o Norte-Sur no había problemas. Sin embargo, señaló: "ahora se criminaliza la inmigración de Sur a Norte. Ahora hay muros y hay deportaciones".

"Cuando la migración era Norte a Norte no había muchos problemas, fácilmente se complementaban, se reconocían ciudadanías. Cuando es de Norte a Sur, es sin problemas, bien reconocida, aunque también implicó el saqueo de nuestros recursos. Pero ahora se criminaliza la inmigración de Sur a Norte. Ahora hay muros y hay deportaciones", recalcó.

El mandatario ilustró su crítica a las circunstancias que enfrentan los latinoamericanos que viajan a Europa con una anécdota: contó que hace unos años, siendo líder sindicalista, viajó a España. En el Aeropuerto de Barajas, donde hizo una escala, dos guardias de seguridad le pedían 500 dólares para dejarlo salir, o lo deportaban. Entonces, Morales señaló: "Me enojé y les dije que si por 500 años me saquearon, no hay 500 dólares ahora". Esos son los resultados de la inmigración Norte a Sur".

Por su parte, el costarricense Oscar Arias, dijo que "la pobreza no necesita pasaporte para viajar" y que "la historia se repite como una noria", en la que quien está hoy arriba, luego va abajo.

Nicanor Duarte, presidente de Paraguay, comentó, por su parte, que es necesario abordar el problema sin exacerbar las normas, y pidió que Europa recuerde que América en su momento recibió a los inmigrantes con cariño, "no podemos permitir que rebrote un sentimiento discriminatorio". En ese sentido dijo que "si los seres humanos no somos tratados con igual dignidad es porque sobrevive la ideología de que hay razas superiores".

Agregó que la migración indocumentada es consecuencia de "los obstáculos programados, las demoras sistemáticas y la rigidez en las normas, y estas dificultades contribuyen a la explotación de los inmigrantes".